jueves, octubre 27, 2005

BETTY PAGE: LEYENDA SEXUAL




Antes de Marlen Olivari. Antes de Monica Bellucci. Antes incluso de Cindy Crawford o de Madonna, estaba ella.
Bettie Page. Más sensual que todas las otras juntas. Aquellos que la conocen, celebran su sonrisa permanente en ese cuerpo de hembra generosa, repleto de una sensualidad en estado natural. Sin subterfugios, falsedades, rellenos o cirugías. Sin hipocresía. La bomba sexual de un tiempo más inocente.
Una mujer que, a pesar de no ser estrella ni de hacer películas famosas, tuvo su imagen llenando cientos de páginas de revistas y colgó de las paredes de miles de piezas de hombres en Estados Unidos durante los años cincuenta. Hoy, a más de 40 años de desaparecer misteriosamente y dejar su carrera en el momento de mayor fama, sigue siendo un mito erótico, un símbolo sexual rescatado por varias generaciones que la siguen venerando, imitando y homenajeando.
Fue algo así como el reverso de Marilyn Monroe. Su lado moreno. Aunque tuvo un similar inicio como pin-up, posando desnuda o semidesnuda para revistas de hombres, no llegó a Hollywood no alcanzó su nivel de fama y fortuna, pero la verdad, terminó bastante mejor.
Y oportunidades no le faltaron. Pero ella nunca se quiso teñir rubia. Ni aceptar las invitaciones de gordos ejecutivos de los grandes estudios. Ni las proposiciones matrimoniales de tipos de mucho dinero y vidas aburridas. Esta escultural morena, voluptuosa y reina del encaje negro a lo más alcanzó a hacer un par de películas de strippers y apareció en algunos números de Playboy, pero quizás sea debido a su propia reticencia a sucumbir a los falsos brillos de star system, que a la larga se convirtió en un personaje mítico, en una mujer misteriosa. En una poderosa leyenda sexual.

DIOSA DE PAPEL
Hija de una madre con sangre cherokee y de un padre mecánico y mujeriego, nació en Nashville -la capital de la música country- el 22 de abril de 1923. Cuando tenía diez años su madre, Edna, se aburrió de las infidelidades de Roy y se quedó sola con seis hijos. En 1939 tuvo que meter a Bettie y a sus dos hermanas, Joyce y Goldie al orfanato. “Fuimos muy desdichadas, pero sobrevivimos”, contó Bettie. “Mamá venía a vernos todos los domingos. Compraba para nosotros galletas, golosinas o frutas; siempre traía algo”.
Su infancia fue algo dura, sí, y al principio no tuvo muchos éxitos escolares. Pero con el tiempo fue demostrando sus habilidades, participó en una serie de actividades académicas en forma destacada. Escribía para la revista y el diario escolar, sacaba excelentes notas y entró al club de teatro. Se graduó, consiguió una beca y se tituló de profesora de inglés. Nunca ejercería.
Su biografía se enreda un poco aquí: hay varias versiones que hablan de que vivió con su hermana, que se casó muy joven y su marido se fue a la guerra. Que ella ganaba algo como secretaria, hasta que comenzó a posar para fotografías y se fue a Los Angeles.
“Hice una prueba para el cine, pero ellos estaban empeñados en cambiar mi maquillaje y mi pelo, para que me pareciera a Joan Crawford, y no me gustaba imaginarme con la raya en medio y los labios como ella. Sólo quería parecerme a mí misma. También dijeron que tenía un acento sureño demasiado fuerte, y no quisieron intentar nada más”.
Volvió a Nashville. Se reunió con su marido que había vuelto de la guerra. Se divorciaron. Se fue a Haití. Volvió a Estados Unidos y se instaló en Nueva York. Seguía con la idea de ser actriz. Trabajaba como secretaria y estudiaba actuación y danza. “Nunca decidí ser modelo profesional”, ha dicho. Eso fue una casualidad. Fue en el verano de 1950 cuando se topó en la playa de Conney Island con un negro de musculoso cuerpo que hacía ejercicios. Jerry Tibbs era fotógrafo aficionado y policía. No sólo le tomó sus primeras fotos que aparecieron publicadas en revistas, sino que además fue quien le dio un consejo que sería clave en el estilo de Betty Page, el cual es imitado hasta nuestros días: “Me dijo que tenía una frente muy alta y que estaría mucho mejor con un flequillo. Así que me fui a mi casa y me lo corté, y lo he estado llevando desde entonces”.
Siguieron las sesiones fotográficas y algunos concursos de belleza. Conoció a Robert Harrison, editor de revistas como Wink, Eyeful y Tittler. Eran los años en que comenzaba el furor de las girlie-magazines, producto típico de la post guerra: revistas de pin-ups, sólo con fotos de mujeres jóvenes en poses insinuantes, aunque sin llegar al desnudo total. Eso vendría después, con Hugh Hefner y su famoso conejo.
Aunque hay que aclararlo desde ya. A Bettie nunca le molestó posar desnuda. “La primera vez que posé desnuda no me sentí avergonzada. Fue para un club de fotógrafos aficionados. Recuerdo que me sentí como si estuviera trabajando con ropa. Nunca lo vi mal. Después de todo, cuando Dios creó a Adán y Eva, los puso desnudos en el paraíso. Si Eva no hubiera probado la manzana prohibida, seguramente habrían pasado el resto de sus vidas desnudos”.

"NUNCA ME SENTI EXPLOTADA"
Se hizo cada vez más conocida entre el público de aquella revistillas de chicas con poca ropa. Poco a poco comenzaba a convertirse en un símbolo sexual. Y finalmente lo consiguió de la mano de Irving Klaw, quien por esos días ya era conocido como el Rey de las pin-up. Vendía fotos, hacía catálogos y envíos por correo. Bettie aparecería en un montón de ellas.
Irving, que trabajaba junto a su hermana Paula, terminaron de convertir a Bettie en el mito erótico que hoy se venera en todo el mundo. Paula aún comercializa aquellas fotos y ha declarado: “me alegro mucho de que se le reconozca, aunque sea después de tantos años. Tiene gracia que ahora todas las fotos de Bettie Page sean objeto de culto. Nosotros las vendemos a cientos, las enviamos a todos los rincones del país, a todas las partes del mundo. Creo que los más completos son los coleccionistas alemanes y japoneses”.
La particularidad de las fotos de Klaw eran el fetichismo y el bondage, aunque en una variante primigenia, casi inocente, antes que la estética sadomasoquista se explotara desde la pornografía a la fotografía de moda y publicitaria. Aquellas fotos muestran a Bettie y a otra de las chicas de Klaw atadas o simulando golpes, con cara de mujeres perversas, a veces, y en otras, de niñas sorprendidas en un juego sexual peligroso.
“Nunca me sentí incómoda ni explotada”, ha dicho Bettie. “Las demás modelos y yo disfrutábamos con las locuras que se inventaban Irving y Paula. Nos reíamos de ellas. Jamás tuvimos miedo por atarnos o pegarnos”.
El siguiente paso de Klaw fue filmar cortos de 8 mm. Donde pidió a sus mismas modelos de revistas que bailaran ataviadas con su lencería negra y sus tacos altos. Así, junto a strippers famosas como Tempest Storm y Lili St. Cyr, Bettie “actuó” en decenas de estas películas, hoy convertidas también en objeto de colección. Después, su éxito impulsó a Mr. Klaw a atreverse con largometrajes. Aunque en 16 mm. Y sin mayores avances argumentales que una sucesión de números de baile estilo strip tease, con uno que otro sketches. Primero fue Strip-O-Rama. Y luego vendrían Varietease y Teaserama. Sus curvas en una escena de baño con burbujas, una fantasía árabe y no mucho más. Una que otra invitación a programas de tevé y no mucho más. Claro que para 1954 ella era la “top model” del estudio de los Klaws. Cobraba el doble que las demás chicas y trabajaba en todas las sesiones y para todos los formatos.
Un posterior viaje a Miami la puso en contacto con otro nombre clave en su carrera: la ex pin-up y luego fotógrafa Bunny Yeager. Así, la imagen de Betty salió de las piezas de sillones de cuero de Klaw y fue expuesta a plena luz del sol, entre playas de arenas doradas y exóticas vegetaciones que dieron vida a una serie de postales kitsh que han hecho historia. Poco tiempo después, Bunny le sacó una foto navideña para Playboy.
“La coloqué sentada sobre sus pantorrillas, desnuda, solo con un gorro de Santa Claus que yo misma había cosido”, narra la fotógrafa. “Y preparé una improvisada decoración navideña. Luego salí a mirar revistas para hombres a las que pudiera mandar la foto. Vi una que tenía un poster central con una chica a la que llamaban Playmate del mes, era Playboy. Compré un ejemplar para copiar la dirección, y envié directamente las fotos a Hugo Hefner, el editor. A Mr. Hefner le gustó la foto y la compró por 100 dólares para convertirla en la playmate de enero de 1955”.

DESAPARICION Y RESURRECCION
Luego vinieron los malos tiempos. Estes Kefauver, el típico político de chiste y con ansias de llegar a la Casa Blanca, se hizo famoso en los 50 por sus histerias. Este es el payaso que vio en los comics la razón de todos los males de la sociedad de la época y formó parte de una comisión del Senado que descubrió que los personajes de historietas eran los causantes de la delincuencia juvenil. El siguiente paso fue la “pornografía”. Ahí arremetieron contra las girlie-magazines y sus editores. Irving Klaw tenía los días contados. Su material fue calificado de “obsceno” y lo sometieron a juicio. Aquí surge de nuevo la leyenda. Algunos dicen que la mismísima Bettie fue llamada a declarar y que tuvo que presentarse frente al Comité Judicial del Senado. Y tras declarar, habría renegado de todo.
Ella lo desmiente. “Nunca fui al estrado porque a mí no me demandaron, pero tuve que declarar para decirles que Irving Klaw no era responsable de ningún tipo de pornografía. Que ni siquiera hizo desnudos. De hecho, todas posábamos con varios pares de pantis porque le horrorizaba la idea de enseñar cualquier atisbo de vello, o los pezones. Ibamos totalmente cubiertas”.
Después de todo el tumulto, Bettie agarró sus cosas y se marchó a Miami. Era el año 1957. Tenía 34 años, llevaba nueve de carrera y se dio cuenta que sus sueños de ser actriz no tenían forma de prosperar. Fue entonces que decidió desaparecer de la escena del modelaje, y comenzaron a urdirse todo tipo de historias sobre ella.
Se habló de romances tortuosos, de historias llenas de fantasías ligadas a las de otras mujeres como ella, con finales trágicos y tórridos. Durante los ochenta comenzó a despertar su veneración. Aparecieron fanzines dedicados a ella, libros. El dibujante de comics, Dave Stevens se inspiró en ella para un personaje, se rescató su material, sus fotos volvieron a venderse a muy buen precio. Surgieron las historias sobre ella, artículos y reportajes. Playboy encargó retratos. Varios pintores la recrearon. En 1989 la revista Hot talk publicó un reportaje sobre su vida y ofreció una recompensa a quien diera con ella. La revista L.A Weekly también hizo algo similar. Era obvio, la reina del fetichismo, se había vuelto un fetiche en sí misma.
Todo el mundo quería saber qué había pasado con Bettie. No fue hasta 1992 que el programa Estilo de Vida de Ricos y Famosos la encontró. Ella se dio cuenta que a menos que hablara y confirmara que aún estaba viva, nunca dejarían de buscarla y acosarla. Así que accedió a dar una entrevista, aunque sólo telefónica. Tenía casi 70 años y no quería romper la imagen que todos tenían de ella como sensual modelo.
“Dejé de posar porqué pensé que debía dejarlo mientras estuviera arriba. Tenía 34 años cuando me marché de Nueva York y abandoné mi carrera. Me fui a Florida, y justo antes del Año Nuevo de 1959, estaba caminando por una calle de Kay West, y sentí como si alguien me cogiera de la mano y me llevara hacia una pequeña capilla con una cruz de neón blanco que salía de ella. Escuché el sermón, y me costó mucho esperar al domingo siguiente para volver a oír al predicador. Pensé que Dios no quería verme nunca más haciendo nada relacionado con mi anterior vida”, contó ella en esa ocasión.
Y ha seguido así. Alejada del mundo. Se volvió a casar con su ex marido de juventud. Se separó y se casó de nuevo con un tipo divorciado y con tres hijos. Se divorció de él a mediados de los setenta. Luego vivió sola, cuidando el jardín y sobreviviendo apenas hasta comienzo de los 90, los que, según ha dicho, fueron “los peores años de mi vida. Sin dinero ni respeto”.
A pesar de que salió de su ostracismo y contó la verdad de su historia, la locura por ella no acabó. Concursos de dobles, figuras, posters, merchandasing, grupos de fans (es cosa de ver en Internet, donde hay varios), libros sobre su vida y recopilaciones de sus fotos. Personalidades muy diversas se ven atraídas por si figura. Desde Madonna a Liv Tyler (que quería actuar en una película sobre su vida). O el propio Martin Scorsese, que alguna vez pensó en dirigirla, o la cantante uruguaya Natalia Oreiro, fan acérrima y que usó su look en el clip Veneno.
Hoy, le siguen llegando los derechos de imagen de lo que se publica con ella. Pero a pesar de las múltiples ofertas para aparecer en TV o participar en un filme biográfico para el cine o la televisión, ella sigue sin decirle a nadie donde vive. No da ni el teléfono. Terminó el misterio, pero no la leyenda. El mito de Bettie Page está vivo.
La leyenda sexual sigue intacta.

martes, octubre 18, 2005

VENUS Y FASAT: AMATEURS PROFESIONALES

Fasat es el seudónimo del admisntrador de un sitio que no sólo publica fotos íntimas de parejas amateurs, sino que también se dedica a promover el estilo de vida “swinger”, en el que las parejas realizan intercambios sexuales con otras parejas. Junto a su pareja, que se hace llamar Venus, han sido entrevistados tanto en la prensa como en la televisión sobre el tema, y para él, el tema es muy serio. Tanto, que dice estarse querellando con algunos medios que han tergervisado sus declaraciones, y que para él poner estas fotos no es un juego, y explica su complejo “protocolo de seguridad”. Y aunque el sitio que administran, Chileparejas, actualmente se encuentra caído, aseguran que volverá muy pronto en gloria y majestad.

Primero, explica, “para nosotros es muy importante que las fotos que se ponen en nuestro sitio sean verdaderas. Por eso muchas veces no aceptamos las fotos que nos envían y después las vemos en otros sitios. Lo que hacemos en contactarnos por teléfono con la pareja que quiere subir sus fotos en nuestro sitio. La idea es hablar con los dos, para estar seguros que la mujer también quiere participar. No nos basta que nos envien las fotos con una bonita historia, la idea es conocernos después en persona. Si nosotros estamos dispuestos a darnos a conocer, esto debe ser recíproco”.

Al respecto, Fasat asegura que la confianza con la pareja que quiere formar parte de Chileparejas es básica, así como la total confidencialidad dentro del grupo. Como lo suyo no son sólo las fotos amateurs, sino principalmente el estilo de vida swinger, es muy importante, dicen, la seriedad y fiabilidad con los aspirantes. En su grupo, recalca, no puede entrar cualquiera. No hay drogas ni cosas raras. Sólo parejas estables, ojalá con años juntos, jamás gente sola, ni tipos que llegan con prostituas o las contratan para tomarles fotos y hacerlas pasar por amateur. Por eso, desconfían hasta de las “pruebas de autenticidad”, ya que “cualquiera puede contratar una profesional y sacarle una foto con una revista del cable o un diario al lado”. Por eso, explica, tienen que conocer personalmente a la pareja en cuestión, y desconfían de la mayoría de este tipo de sitios por ser poco serios.

Ellos de definen como una pareja normal, con trabajo estable y ocho años de casados. Y este estilo de vida al que adhieren tiene como base la pareja. Hay que pasar diversas etapas de conocimiento, asegura, las que al ir superándose van dejando al descubierto algunos “gustitos”, como el sacarse fotos. Así partieron ellos y al darse cuenta lo poco serios que eran la mayoría de los sitios, decidieron crear el suyo propio, el cual insiste: “tiene un estricto planteamiento y vías de seguridad. Llevamos seis años en esto y cuatro con la página en internet. Nos caracterizamos por la seriedad y la discreción”, y agrega un dato importante, su página cuenta con una advertencia, un cuadro explicativo que internacionalmente es el resguardo para los sitios que tienen contenido adulto y que dan por sentado que aquel que ingresa al sitio, sabe a lo que va, está de acuerdo con el material y acepta los términos. Es un asunto de auoresponsabilidad, afirma Fasat.

viernes, octubre 14, 2005

AMATEURS CHILENOS (II)

Lulu (34, años, Pto. Varas)


Para un reportaje publicado en “Las Ultimas Noticias” ubiqué y conversé con algunos de estos modelos “amateurs” chilenos, que suben sus fotos íntimas en la red. Algunos nos dieron sus nombres y apellidos, pero pidieron reserva de ellos al momento de publicar el artículo. Aquí nos cuentan por qué se toman fotos desnudos o en pleno acto sexual, y por qué disfrutan compartiéndolas en internet.

Lulú y Pepe son de Puerto Varas. Ella tiene 34 años y él 39, ambos son profesionales (ella psicopedagoga, él ingeniero en pesca), llevan 10 años de matrimonio y tiene dos hijos, de 8 y 4 años.
“Somos un matrimonio consolidado”, explica Lulú. “Lo de publicar las fotos en Internet nació como una forma de conocer otras personas deshinbidas y por supuesto es una forma de agregar algo de condimento a nuestra vida sexual”.

“Somos una pareja normal, casados, con hijos, trabajos estables, con los mismos problemas de todo el mundo.Creo que nos amamos profundamente y de ahí precisamente nace esta especie de "complicidad" para publicar nuestras fotos”, agrega esta mujer sureña. “Es excitante recibir tanto comentario con elogios y propuestas de todo tipo. Algunas veces intercambiamos fotos, pero ese no es el fin último de esto. Sólo lo hacemos por el morbo de ver nuestros cuerpos desnudos en Internet. Las fotos son sin rostro, ya que por respeto a nuestros hijos y a nosotros mismos guardamos con celo nuestra identidad. Creo que para algunas personas esto resultará chocante y hasta desviado, pero nosotros somos amplios de mente y disfrutamos a concho nuestra sexualidad”.

Un caso similar es el de una pareja que sólo quiere ser identificada como Gata y Lobo. “Somos un matrimonio, casados más de 20 años, la verdad la pasamos bastante felices por la vida. Como esta porquería de pueblo es de lo más siútico y cartucho no te doy el nombre…ponle que somos de provincia no más. Yo soy profesional independiente diseñador gráfico, trabajo en casa, además escribo”.

Sobre su hobbie poco tradicional, “Lobo”, explica: “ Como estudié fotografía siempre me llamó la atención fotografiar desnudos…más adelante con a aparición de las cámaras digitales, definitivamente se me hizo más cómodo y sin duda que mi mejor modelo es mi mujer”.

Laura y Patricio llevan cinco años juntos y hace dos que están casados. Viven en un departamento propio en la comuna de Ñuñoa. El tiene 34 años y es ingeniero informático, ella tiene 25 y es educadora de párvulos. “Desde el 2000, cuando ella tenía 20 años comenzamos a grabarnos, para cumplir ciertas fantasías que tenía ella y que yo compartí inmediatamente. Primero sus bailes striptease sobre la cama de sus padres y en su casa en general, luego comenzamos a grabar nuestras relaciones sexuales y jugar haciendo pequeños cortos. Comenzó a exitarnos el ver videos amateur en internet, y una pareja amiga de españoles nos comentó sobre el sitio klanamateur”.

Cuenta Patricio: “Nos pareció interesante la idea de ver a otras parejas, y sabiendo que nuestros amigos españoles practicaban el swinger lo comentamos con ellos, y vimos que teníamos fantasías similares. Poco a poco fue aumentando la confianza y decidimos a probar un intercambio de parejas, incentivados por ellos, y fue maravilloso. También ellos nos presentaron a parejas amigas de ellos que practicaban lo mismo, y nos fuimos adentrando mas en ese singular mundo. Actualmente somos parte de un grupo privado ya formado de "parejas amigas", con los que también hemos realizado pequeñas producciones en video, sola y exclusivamente para nosotros”.

Con respecto a las fotos, dicen que empezaron hace un par de años, luego de que les prestyaran una cámara digital. “Mandamos algunas de ellas al Klanamateur, para ver el efecto que producía. Intercambiamos fotos con gente de todo el mundo, que nos han conocido sobre todo por klanamateur. Con algunos de ellos también hemos concretado encuentros muy placenteros, realmente no hemos tenido malas experiencias al respecto, pero sabemos de otras parejas que sí, por lo que somos en extremo cuidadosos en eso”.

Sobre si se consideran una pareja normal, replican: “Eso aparentamos, pero realmente pensamos que no. Nuestra relación es muy madura y de mucha confianza, al punto que podemos entregar nuestros cuerpos al placer con otras personas sin llegar a exponer nuestros sentimientos, a tener encuentros sexuales y realizar cosas que la gran mayoría de la gente ni siquiera imagina que existen. No podemos negar que todo partió por fantasías, como un juego. Pero rápidamente fue haciéndose parte nuestras vidas, al punto que ya no podríamos vivir sin eso. Sin duda condimenta nuestra vidas sexual, pero es mucho mas profundo que eso”.

jueves, octubre 13, 2005

SEXO AMATEUR EN LA RED




La existencia de internet, su accesibilidad sin restricciones y su ”democratización” en la difusión de textos y fotos ha dado para todo. También para descubrir las inquietudes sexuales de la gente común y corriente. La red está llena de sitios con foros sobre temas sexuales, así como páginas con relatos y fotos de las costumbres, gustos y excentricidades amatorias de un sinnúmero de personas anónimas.

Una de las costumbres más propagadas vía internet ha sido la de las “páginas “ amateurs, donde supuestamente personas “comunes y corrientes”, algún conocido, su vecino, etc. ponen fotografías de desnudos o de actividades tan íntimas como actos sexuales.

No sólo las estrellas eróticas o las modelos del rubro tiene la posibilidad de mostrar sus encantos e intimidades. Miles de personas de todo el mundo aprovechan la red para dar rienda suelta a sus afanes exhibicionistas.

La proliferación de la pornografía de fácil acceso, incluso en sitios gratuitos, banalizó a tal punto lo que antes era prohibido, que se abrío un nuevo nicho: el de las fotos amateurs. Gente común y corriente, como tú o como yo, que también se siente con el derecho de exhibirse en sus afanes amatorios. El desnudo y la fotografía erótica ya no era sólo para modelos guapos y de cuerpos perfectos. También para las parejas maduras o la señoras de cuerpos voluminosos.

Primero la tendencia se dio en el cine porno, donde los videos hechos en su casa por personas comunes y filmados con cámaras caseras, encontaron un apetecido mercado. Ya no era gracia ver la típicas película sporno. Sí había visto una, las había visto todas. Ni mayor presupuesto ni temáticas más explícitas o rebuscadas satisfacían a un consumidor voraz y que no se soprende por nada. Entonces, el morbo de ver a gente normal haciendo cosas que antes eran sólo para “profesionales”.

Y aunque partió como negocio, actualmente existen en todo el mundo sitios dedicados a propagar las fotos íntimas de estos “amateurs”, muchas de las cuales incluso son gratuitas, y que no tiene otro afán que satisfacer el voyerismo de unos y el exhibicionismo de otros.

Vouyerweb, por ejemplo, es una página en inglés que diariamente publica varias series de fotos de amateurs de todo el mundo. Tiene diversas categorías (fotos privadas, desnudos en público, voyeur), realiza concursos y hasta da premios mensuales en dólares para las mejores fotos según el voto de la gente. La mayoría de las fotos son desnudos (con o sin el rostro de la modelo), algunos más explícitos que otros, llegan de todo el mundo y no hay selección de típico físico o edad. Ls puede mandar cualquiera. Claro, hay una sección con fotografías explicítas, pero esa es pagada. Siguiendo el mismo estilo, abundan las páginas amateurs en otros países. De todo el mundo, también de España. México, Brasil, Argentina y Chile.

Aquí una de la más populares es Klanamateur, que lleva varios años subiendo fotos mujeres y parejas nacionales, que con una cámara digital y cero pudor, comparten con los cibernautas algunos de sus momentos más íntimos. Aunque la mayoría de las fotos son de personas de Chile, también hay colaboraciones de Argentina, Perú y otros países.

Algunos, para asegurar que sus fotos son locales, no dudan en poner dentro del encuadre, alguna “prueba de autenticidad”, como le llaman: algún periódico o revista nacional junto al cuerpo desnudo a fotografiar. E incluso, hay quienes posan en frente de la pantalla del computador, con el sitio del Klan de fondo. El sitio nunca más se actualizó. Pero los que gustan de esta práctica siempre encuentran donde exhibirse. Y no es raro ver a algunos compatriotas sacando la cara (y muchas cosas más) por Chile en algún sitio internacional. En una próxima entrega van las entrevistas a algunos cultores del exhibicionismo amateur on line...

viernes, octubre 07, 2005

SE ARRIENDA


Pocas veces se puede contar con tanto antecedente previo para analizar el trabajo de un realizador debutante. En ese sentido, la primera película de Alberto Fuguet, “Se arrienda”, es sumamente coherente lo que ha hecho como literato. Parte de la historia y los personajes, incluso, ya habían aparecido o son mencionados en trabajos previos como la novela “Por favor reboninar” o los relatos de “Cortos”.

Periodista, crítico de cine, escritor y guionista (“Dos hermanos”), lo de Fuguet está marcado por una profunda cinefilia. Su trabajo está empapado de los libros que ha leído y de las películas que ha visto, y es de ahí donde sale gran parte de los referentes para su trabajo. Desde el tono y la influencia de los “maestros” franceses, de Truffaut y Rohmer, hasta el cine independiente norteamericano y en especial Richard Linklater y su díptico sobre las relaciones de pareja en “Antes de amanecer” y “Antes del atardecer”, antecedente directo de esta película. Y pasando por una serie de otras fuentes y guiños, que rematan por ejemplo, en un final que cita directamente al de “Manhattan” de Woody Allen.

Como sus libros, la historia principal de “Se arrienda” es sobre ser joven. Y sobre dejar de serlo. Sobre las expectativas, sobre lo que se perdió en el camino entre la adolescencia y la adultez. Sobre como enfrentar las relaciones de pareja, la amistad, y el lazo paterno. Como dice Douglas Coupland en una cita rescatada por Fuguet: “...mi vida no es cómo yo esperaba que fuera cuando era más joven”.

Gastón Fernández (Luciano Cruz Coke) tiene 33 años, es un músico que quiere dedicarse a componer en serio, ser músico de películas. Pero cuando vuelve a Chile después de varios años estudiando en Estados Unidos, se encuentra que sus viejos amigos no son como antes, que todos se han vendido al sistema, mientras trata de sacarle las últimas chispas de un viejo amor y renueva la dependencia con su padre. Hay algo de caprichoso en el conflicto de Gastón. Un chico de buena familia, que depende económicamente de su padre mientras se dedica a criticar a los antiguos camaradas de sueños que se adaptaron al sistema.

Su errático regreso y su conflicto con todo el mundo, vienen de no aceptar venderse él también. En contrapunto para este presente de dudas y frustraciones está marcado por una suerte de prólogo que muestra a Gastón y sus amigos 15 años antes, estudiantes de arte, con ideas de izquierda y ganas de ser íntegros; y además, con las escenas de un cortometraje de culto, “Hormigas asesinas”, donde Gastón hizo la música y es como el leiv motiv (vemos sus imágenes en blanco y negro constantemente) de un lugar ideal al que Gastón quiere aferrarse.

La película está estructurada por secuencias, momentos, por el vagar de Gastón, sus encuentros y desencuentros, por el deambular por un Santiago bellamente iluminado, y donde predominan la atmósfera y por supuesto, los diálogos. Hay escenas –como personajes- más logrados que otros. Así como la primera parte -ambientada en los 80, con el viaje a Mendoza para el concierto de Amnistía Internacional- aparece algo maqueteada y los diálogos forzados; hay otros momentos que consiguen despegar a base de un diálogo potente, como la secuencia de Gastón, Cancino y Julián, caminando y pelando el duro destino de una vieja amiga.

Hay que destacar también el personaje y la actuación de Francisca Lewin, encantadora como la joven que finalmente reconcilia a Gastón con su presente, la música de Andrés Valdivia y Cristián Heyne, la mirada –y la fotografía- de Santiago; y que con sus limitaciones, estamos ante un debut interesante en un camino no siempre logrado que es del paso de un escritor al cine, por lo demás, terreno casi no transitado en Chile.

SE ARRIENDA. Chile, 2005. Dir: Alberto Fuguet. Con: Luciano Cruz Coke, Francisca Lewin, Felipe Braun, Ignacia Allamand, Jaime Vadell, Benjamín Vicuña, Nicolás Saavedra.