A PROPOSITO DE ZOMBIES

Foto: película "Solos"



La entrevista del post anterior salió publicada en The Clinic. Este era un recuadro escrito para la ocasión que no alcanzó a salir....

Aprovecho de ponerlo acá.

CINE Y ZOMBIES: CARNE DE CAÑON

Desde que George Romero reinventó el subgénero de los zombies en 1968 con “La noche de los muertos vivos”, la relación entre estas películas y la temática política se ha hecho mucho más evidente. Si en este film, proponía una crítica sobre Estados Unidos en los 60’s, con Vietnam, el racismo y la Guerra Fría de fondo, en su secuela “”Dawn of the dead” (1971) se adelantó con una crítica despiadada al consumismo con su imagen de zombies rondando un mall, repitiendo en la muerte aquello que regía sus vidas. En la tercera parte, “Day of the dead” (1985), denunciaba de frentón el militarismo de la era Reagan. Incluso la poca valorada “Land of the dead” (2005), hacía una crítica a las corporaciones y mantenía su visión contestataria y sobre “la lucha de clases”.

En “Resident evil”, los zombies son producto del experimento inescrupuloso de grandes corporaciones científicas y los militares y policías, solo peones utilizados en su “contención” y eliminación. Lo mismo ocurre con “Exterminio”, cuya secuela se estrenará próximamente: Danny Boyle pone a los militares –como Olguín en “Solos”-, encargados en despachar a los zombies molestos, sin importar si en el camino se elimina a personas aún no infectadas. Como en “La noche de los muertos vivientes”, en “Exterminio” se muestra que a veces los humanos –encarnados en soldados- pueden ser aún más monstruosos que los propios zombies.

En 1988, Wes Craven (“Pesadilla”, “Scream”) realizó la cinta “The serpent and the rainbow”, sobre un científico que viaja a Haití para investigar sobre el origen de la leyenda de los zombies. Allí descubre que la dictadura de “Baby Doc” Duvalier usaba los zombies para su beneficio.

Incluso una misma película puede tener versiones con distinto planteamiento. En 1956, Don Siegel hizo “The body snatchers” para mostrar la amenaza comunista en plena Guerra Fría. Pero en 1993, otro inconformista, Abel Ferrara, hizo un remake donde la gente era convertida en zombie como parte de una invasión que partía desde una base militar.