lunes, abril 03, 2006

FUGA


El año pasado, para el cine chileno, fue de películas pequeñas. Muchas llevaban años tratando de terminarse, realizadas en digital, con origen televisivo o de trabajo académico. No hablamos de calidad, sino de recursos...y resultados. Una taquilla baja, poco interés o conexión con el público.

En cambio, el 2006 se viene en grande. Mucha película de “alto”presupuesto para los estándares chilenos. En 35 mmm. De gran producción. Cine de género: comedia (“El rey de los huevones”), terror (“Caleuche”), artes marciales (“Kiltro”) y hasta un film con viaje espacial incluido (“Chile puede”). Con figuras extranjeras. Hay más plata y ambiciones en estos proyectos.

“Fuga” abre los fuegos con una producción de cerca de 1 millón 200 mil dólares, con un elenco estelar, una gran campaña comunicacional y una alta expectativa mediática. Para ser la primera película de un joven director, Pablo Larraín (29), viene con la potencia y el anhelo de un sector que necesita reponerse de la mala temporada anterior.

Y el material está a la altura. “Fuga” tiene imágenes potentes y momentos notables. Un elenco llamativo con una actuación descollante de Alfredo Castro y dos protagonistas talentosos y atractivos (en el amplio sentido de la palabra): Benjamín Vicuña, como Eliseo Montalbán y Gastón Pauls, como Ricardo Coppa. Vicuña se entrega por entero para personificar un individuo complejo, un joven genio maldito de la música que enloquece por sus obsesiones y tragedias del pasado.

Hay un guión trabajado, que está al servicio de una búsqueda visual, de poner imágenes en la pantalla que tengan fuerza y sentido. Un trabajo de excepción en la ecuación música e imágenes y un trabajo que consagra -si alguien no lo tenía claro- a Joan Littin (“Machuca”) como un director de fotografía brillante, que consolida un trabajo ya de primera calidad. Larraín trabaja diversos temas, como la obsesión, los instintos autodestructivos tras la creación, la locura; e incursiona en territorios difíciles que han sido pasto de clichés en muchas películas (los locos, el manicomio). Y sale bien parado.

A un inicio algo lento, donde no siempre es fácil enganchar con el conflicto principal la: caída del joven genio, cuyo exceso de gravedad le quita fuerza a la historia, le sigue una segunda parte –la vida en el sanatorio- que despega y crece gracias a la presencia cautivante de Alfredo Castro como Claudio, el homosexual delirante que se roba la cinta y le imprime un humor que le otorga ricos matices.

La sensación general es que tamaña empresa a ratos parece demasiado calculada. Que para ser una historia sobre la pasión y el desborde, está muy controlada, debido a una trama y una estructura compleja. Seguir atento el devenir del guión y la apuesta formal, resta identificación con los personajes y sus avatares. Quizás por eso, los momentos que rompen esa rigidez, como el arranque de Claudio (Castro) insultando a Montalbán o la inolvidable escena de la discusión entre un pescador (Luis Dubo) y Coppa, son tan inspiradas como verdaderas. Unos de esos grandes momentos del que se va armando el imaginario del cine chileno.

FUGA. 2006, Chile. Director: Pablo Larraín. Elenco: Benjamín Vicuña, Gastón Pauls, Alfredo Castro, Francisca Imboden, María Izquierdo, Willy Semler, Alejandro Trejo, Paulina Urrutia, Mateo Iribarren, Marcial Tagle, Luis Dubó.
Mayores de 14 años.

8 comentarios:

Jorge Enrique Díaz Pérez dijo...

Ya la he visto dos veces y si la veo por tercera vez capaz que la encuentre mejor todavía. La vi solo y acompañado y la sensación es la misma, un trabajo redondo, completo, sin puntos bajos.

Como bien señalas, las actuaciones son notables. Vicuña es un gran actor, pese a su excesivo mediatismo, es un actorazo y lo mismo pasa con José Soza, con Alfredo Castro, Héctor Morales... y Pauls, obvio. Le da un plus.

Efectivamente es bueno el alcance sobre Littin Jr. Lo mismo pasa con la música, incidental, de la peli. Está re buena.

¿Quá más? Ojalá que le vaya bien no más, que se quede harto tiempo en cartelera y que sea un espaldarazo para que Larraín siga sorprendiéndonos.

Saludos,

C.- dijo...

MMMmm
No sé...
mira le historia me parece bien, Castro es un DON, pero mis prejuicios son Benjamin Acuña, a quien ví en Promedio Rojo (por ejemplo) y a decir verdad, no me convence del todo...
PEro como los prejuicios deben eliminarse de la sociedad, iré a verla...además con Castro y con Paulina Urrutia, me doy por pagado...

Señorita No dijo...
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Señorita No dijo...

Castro es excepcional, sabe manejar la mixtura justa entre el cine y el teatro. Hace del dolor un placer...
Señorita No

Diarios del Monociclo dijo...

A mí no me gustó la película. No la odié, pues tiene méritos actorales y técnicos, pero la historia es dispersa, pretenciosa e inverosimil. De todas formas no avalo los comentarios negativos gratuitos que ha recibido por el solo hecho de ser "taquilla".

smoked eyes dijo...

Mi parámetro de medición es si me conmueve o no y ésta peli no lo logró: mucha maqueta, un loco medio enternecedor, sin desgarro, sin incoherencias. Una pasión a medio dibujar (la Imboden) , unas escenas que me sonaron mucho a "La lección de piano" . Lo mejor?:
Gastón Pauls y Alfredo Castro.

Saludos

Anónimo dijo...

Acabo de verla en Buenos Aires en Canal digital, y me enganchó muchísimo.
La actuación de Vicuña es excelente, no me la esperaba.
La fotografía y los efectos son de primera calidad.-

Para mi está excelentemente lograda y la historia cierra bien. La música acompaña a la perfección.

Felicitaciones.

Viviana Torres Carrizo dijo...

A mí me gustó, actuaciones buenas, sobre todo mi actor favorito Alfredo Castro, ojalá y sígan creciendo el cine chileno con grandes actores como estos, ohalá y para la serie "Prófugos" hubieran dejado a Castro también, (es que se lo merece, no tan sólo e sun gran actor, aunque sea un tema que no importe para muchos, tiene pinta, tiene atractívo con la cámara,) ojalá y un día ver en el cable algunas de estas películas, nacionales, sería un reconocimiento en verdad